Somos

                                                                                                            20, julio- 13



¿Qué somos? (Me hice la misma pregunta mil veces una noche)

Somos dioses jugando a ser dueños del bosque en una tarde sin lluvia,
en un día de esos especiales en que para nuestra buena suerte, no hubo diablos, ni fantasmas tú tratando de robarnos el morralito de los sueños. tú sigues siendo el dios hereje resuelto entre mis vuelos, y yo, tu diosa terca que juega a extrañarte, amarte, desearte, vivirte y hacerte el amor.
 


Esa tarde se vistió delgado


Sí…

Hace tiempo que él se vistió de verde, jeans grises y mirada curiosa triste, se calzo unas pisadas lentas, se acomodó las pestañas y me miro, así como solo sabe ver la eternidad. Aquella tarde de mirador, se nos olvidaron las letras, los acordes, por el antojo de nuestros labios risueños, y no pasó nada, o casi nada, si acaso un par de absurdos y torpes besos juguetones junto a la carretera, nada que no se pueda olvidar (pensé)… Solo que desde entonces, empecé a tararear su nombre en mi habitación, y así le fui haciendo a su imagen mi canción. Algunas madrugadas como esta, trastorna mis ganas de correr sin fin hacia el asfalto a buscarle, reírle, montarme en su navecita color vino, amarrarme fuerte a la ilusión de ser lo que nunca hemos podido por la terca distancia. Él viste delgado con el color de la inspiración y usa el desvelo de nuevo para apoderarse de mi talle, de mis alas hechas piel acariciando su sexo. Hace tiempo de todo aquello y hoy, voy dando traspiés en la rutina de estos días que me tienen anestesiada, le siento lejos, le pienso largo, justo a la misma altura del ayer.