Mis ojos

Cansados, hundidos, mojados, tristes, ciegos, solos, oscuros, embriagados, cabizbajos encabronados, estupefactos, estancados, sin pies, desesperados, desolados, destrozados, destazados, malgastados, cobardes, traidores, atolondrados, desosegados, enmarañados, enraizados, sangrados, ensimismados, regalados, limosneros, sin noche, sin luna, sin besos, sin ti, mis ojos muertos de no verte.


Dibujo en tinta sobre papel de Efrén Galván Millán.

Rutinαs

 

Hay días así, así como hoy, que aunque no quisiera sigo buscándole esquinas a tu sonrisa, mañanas tediosas donde el café aminora las ansias de salir corriendo a la central de autobuses para ir a buscarte a tu gran ciudad y comerte a besos, o de prestarte alas que te hagan llegar rápidamente a la ciudad de la eterna primavera, y decirle al mundo entero que hoy no estoy para nadie si no es para tu mar.


Tengo un sueño repetitivo, es el que trata de decirle a los monstruos del hospital que me dejen libre e una vez por todas, y no me aten las manos de esa forma dolorosa, ni me inyecten más tranquilizantes, porque así, con la locura a flor de piel me gusta pensarte, mirarte a través de la ventana con ese extraño instrumento del que nunca hemos hallado la afinación. Sí, mi amor. Me da por extrañarte con locura, aunque en esta historia; sólo en mis letras puedas existir.


 
 
 
Del dibujo:
Acuarela y tinta china por Juan Machín

Nostalgiα




La manía de tener ratos “no libres” pero cansada de no tener más espacio en la PC, me puse a borrar fotos… me encontré un par de recuerdos de esos que uno daba por hecho habían sido borrados de toda red y todo disco duro, unos que me trajeron de golpe las ganas en el carro aquella tarde, en que ni siquiera pudimos esperar a quedar desnudos… así mismo me pregunté, si en la actualidad tendrás las mismas ganas cuando estás con tu nueva novia, tal vez sí, esos momentos son los que te nublan la mirada, la razón, en una de esas no te da tiempo de ponerte de “nuevo” el pinche condón. Un hijo, dos o tres da igual, seguirás atado unos años más a eso que en la medida del tiempo no te llenará de mariposas el estómago. Cierro los ojos y se me queda grabada la imagen de un par de fotos de la carpeta privada del ordenador que guardo celosamente, luego, me tiro de nuevo al colchón para seguir haciéndole sexo oral a ese chico que me visita algún miércoles de cada mes, aminora mi nostalgia, mi dolor y la rabia de que te atrevas hacerle otro hijo a alguien que no sea yo… ¡Qué carajo! y uno sin saber olvidar…



Imagen: Tinta con acuarela sobre papel por Juan machín

(3ter trueque erótico en Morelos)


-Sin dedicatoria especial... ya no.