Hablando de Cuernavaca y del pinche calor que hace.
Y es que a mí se me siguen antojando los besos de lengua sólo si hace frío.
Debes saber, realmente no me asusta que seas mujer, ni al revés. Me da miedo no tener con quien piropear a los guayabitos que pasan cuando estamos sentadas en la azotea, mostrando los calzones para ver cuantas miradas se posan en tus bien torneadas piernas o mis blusas transparentes sin sostén.
(No hay duda, somos portadoras de partes bonitas que siempre se pueden complementar en una buena fotografía, o hasta en un erótico recuerdo…)
Dibujo a lápiz por Juan Machín.
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